
CONCHA MÉNDEZ
Concha Méndez es una escritora que nace en Madrid, en el año 1898 y muere fuera de España en el año 1986, en Ciudad de México.
Cuando tenía 80 años, pensó que era bueno escribir sus memorias.
Así, un verano empezó a dictarle a su nieta Paloma aquello que recordaba de su vida.
De este modo, se escribió un libro de unas 150 páginas que se tituló “Memorias habladas, memorias armadas”. Este libro es un resumen de lo que a Concha Méndez le fue pasando en su vida y que aquí te contamos.
Concha nació en una familia acomodada y tenía 10 hermanos. Ella era la mayor de todos y le gustaba la gimnasia y la natación.
Por aquella época, a las chicas no se las tenía en consideración o no se daba importancia a las cosas que hacían y esto a ella no le gustaba.
En sus memorias nos cuenta como un día en que un amigo de sus padres estaba de visita les fue preguntando a sus hermanos qué querían ser de mayores. A ella no le hacía caso, no le preguntaba; por eso, ella se acercó para decirle que ella quería ser capitán de barco.
Entonces, el hombre la miró tiernamente y le dijo que las niñas no eran nada.
Allá él que estaba equivocado porque Concha fue poeta, editora de libros y revistas y escritora de obras de teatro. Aunque estaba segura de lo que quería ser y hacer en la vida, también tuvo sus miedos y sus dudas. Por eso escribió poemas como este:
Y si miro hacia la sombra
donde la luz se deshace,
temo también deshacerme
y entre la sombra quedarme
confundida para siempre
en ese misterio grande.
Durante un verano en San Sebastián conoció a Luis Buñuel y fueron novios durante 5 años. Luis Buñuel fue un director de cine muy famoso.
Pero también conoce a otros artistas y escritores como Salvador Dalí, María Zambrano, Federico García Lorca.
En 1931, conoce a Manuel Altolaguirre. También era escritor y editor de libros y revistas de literatura.
Se casa con Manuel en 1932 y viaja por varios países. Vive en Londres desde el año 1933 hasta 1935, donde nace su hija Paloma.
Junto a su marido se dedicó a escribir y editar revistas en las que publicaban poesías sus amigos poetas de la Generación de 1927. Revistas que tienen títulos como Poesía, Héroe, 1616 o Caballo verde para la poesía.
En el año 1936 comenzó una gran guerra en España, la Guerra Civil, y muchas personas tuvieron que irse a otros países para evitar ser encarcelados o asesinados.
Muchos escritores y artistas tuvieron que salir de España de esta forma triste y trágica. Concha Méndez y su marido se fueron primero a París, en Francia, después a Cuba y, por último, a México, en el año 1944, donde vivió hasta su muerte.
Fue allí donde se separó de su marido.
Como ya hemos dicho, era amiga y escribía poesía de igual forma que sus compañeros y amigos varones de la generación de 1927, pero no se la tomaba en serio ni se le reconocía su mérito.
Gerardo Diego, un poeta y estudioso de la poesía, publicó en 1932 una antología o selección de poemas y de escritores de esta generación de 1927 y no incluyó a ninguna mujer. Una vez más, no se daba importancia a lo que hacían. Quedaron ocultas, invisibles.
En 1934, debido a las críticas que este poeta recibió, por machista, corrigió su antología y ya incluyó a Josefina de la Torre y a Ernestina de Champourcin, pero de forma injusta dejó fuera a Concha Méndez.
A pesar de esto, ahora, Concha Méndez está reconocida como una de las mejores escritoras de su generación, incluidos los hombres. Por eso, hay que conocerla, leerla y valorarla.

MARGA GIL ROËSSET
Margarita Gil Roësset nace el día 3 de marzo de 1908, en Las Rozas, en la provincia de Madrid y muere el 28 de julio de 1932, en el mismo pueblo de su nacimiento. Estaba enferma y casi estuvo a punto de morir nada más nacer, pero los cuidados y el amor de su madre la salvaron.
La madre de Margarita tenía una gran pasión por las artes, le encantaba la escultura y la escritura y se empeñó en transmitirlo a sus hijos e hijas.
Por eso, Margarita destacó como escultora, pero también como ilustradora y poeta.
Margarita Gil era una artista muy adelantada. Con solo 7 años escribió e hizo los dibujos de un cuento que se titulaba El niño curioso. Con 12 años, hizo unos dibujos maravillosos para un cuento que escribió su hermana Consuelo. El cuento se titulaba El niño de oro.
A Margarita le gustaba mucho aprender por sí misma pero con 15 años, Margarita fue alumna del gran maestro Victorio Macho. Él fue el que inició la escultura moderna de España.
En 1933 se publicó un libro de canciones con textos en francés y español escrito por su hermana Consuelo. Este libro tenía música compuesta por su cuñado José María Franco y 3 dibujos hechos por Margarita. Uno de estos 3 dibujos fue pintado 11 años antes de la aparición del libro famoso libro El Principito. Este dibujo es muy parecido a los dibujos que vemos en este cuento.
Margarita Gil admiraba a Juan Ramón Jiménez, uno de los poetas más reconocidos en España. Margarita lo conoció en la ópera en el año 1932 y se enamoró. Él tenía 51 años y ella solo 24, además él estaba casado con Zenobia Camprubí.
Margarita también era una gran admiradora de la mujer de Juan Ramón.
Margarita sufrió mucho por ese amor no correspondido. Juan Ramón no estaba enamorado de ella y por eso ella ya no quería vivir.
La falta de confianza de Margarita Gil, su juventud, su amor imposible hacían de ella una mujer infeliz y decidió quitarse la vida.
El jueves, 28 de julio de 1932, a las 6 de la tarde, se pegó un tiro en la frente. Margarita Gil tenía solo 24 años. Antes de morir, Margarita entrega una carpeta amarilla a Juan Ramón Jiménez. Margarita le pidió a Juan Ramón que no la leyera en ese momento. Dentro de la carpeta amarilla, Juan Ramón encontró el diario de una joven autora que dibujó e hizo maravillosas esculturas. En este diario, Margarita le confiesa a Juan Ramón que estaba enamorada de él. Era un amor imposible, invisible.

MARÍA ZAMBRANO
María Zambrano nace en Vélez, en la provincia de Málaga el 22 de abril de 1901. Se traslada con 4 años de Vélez a Madrid. Su adolescencia la pasa en Segovia.
Desde 1924 hasta 1927 cursa estudios de Filosofía en Madrid. Hasta entonces las mujeres no podían ir a la universidad.
Fue alumna de José Ortega y Gasset, uno de los principales filósofos españoles, entre otros. Durante este período participa en movimientos de estudiantes y colabora con diversos periódicos.
Desde 1931 fue profesora de filosofía en la Universidad Central, de Madrid y colabora con publicaciones en la Revista de Occidente, Cruz y Raya.
Se hace amiga de algunos miembros de la Generación de escritores del 27: Luis Cernuda, Emilio Prados, Jorge Guillén o Miguel Hernández.
Viaja a la Habana, en Cuba pero empieza la guerra española y vuelve a España.
Colabora con el gobierno de la República, en la defensa de la cultura y de la infancia que sufre por la guerra.
Reside en Valencia y Barcelona hasta 1939, año en el que cruza la frontera francesa, perseguida por sus ideas, obligada a vivir en países que no son España, el exilio.
Tras pasar por París, Nueva York o La Habana, se queda viviendo en México. En esta ciudad da clases de Filosofía y conoce a escritores como el mejicano Octavio Paz y el español León Felipe, que también estaba exiliado.
Más tarde, vive en La Habana, la capital de Cuba y después en Roma, la capital italiana.
En Roma se relaciona con intelectuales italianos, como Elena Croce o españoles que también tuvieron que abandonar su país, como es el caso de Rafael Alberti.
La democracia no se recuperó en España hasta 1976, pero ella no regresó hasta 1984.
Tuvo mucho reconocimiento y premios como el Premio Príncipe de Asturias, en 1981, el de Doctora honorífica de la Universidad de Málaga, en 1982, el de Hija predilecta de Andalucía, en 1985 y el Premio Cervantes, en 1988.
En su vuelta a España se dedica a la reedición de obras ya publicadas y a la escritura de numerosos artículos y a explicar su pensamiento que busca unir filosofía y poesía.
María Zambrano muere el 6 de febrero de 1991.
Al día siguiente de su muerte, la autora es llevada al pueblo en el que nació, Vélez. Allí está enterrada a la sombra de un limonero, en una casita en el cementerio local.
Antes de morir, quiso que en su lápida estuviera inscrita la frase «Levántate, amiga mía, y ven», un epitafio inspirado en el Cantar de los Cantares de la Biblia.
Otra invisible que pasó más de 40 años olvidada y no reconocida por los que no pensaban como ella. Hoy, es tan popular que la estación del AVE de Málaga, lleva su nombre.

MARÍA TERESA LEÓN
María Teresa León nace en Logroño en el año 1903 y muere en Madrid en el año 1988. Ella fue una de las mejores escritoras de la generación de poetas que conocemos como Generación de 1927, pero su historia es la de muchas mujeres que quedaron ocultas detrás de la figura de sus maridos. Su segundo marido era el poeta Rafael Alberti, que era muy conocido y valorado.
Su afición a la escritura y a la literatura comenzó de la mano de su tío Ramón Menéndez Pidal, que también era escritor y experto en literatura.
Muy joven se trasladó a Burgos y allí empezó a escribir y a publicar artículos en un periódico de la ciudad, el Diario de Burgos.
Primero no firma con su nombre, utilizaba el seudónimo de Isabel Inghirami, que era un personaje literario creado por el escritor Gabriel D’Annunzio.
En sus escritos hablaba de los derechos de las mujeres y de la cultura.
Cuando tenía 17 años se casó con Gonzalo de Sebastián y tuvo dos hijos.
Pero ella quería vivir su propia vida aunque para ello tuviera que dejar a sus hijos, obligada por las leyes de aquella época.
Se marchó a Madrid y allí conoció al poeta Rafael Alberti, del que se enamoró.
Se casaron por lo civil en el año 1932.
En 1935 consiguió una beca para estudiar el teatro en Europa y juntos viajaron por varios países, hasta llegar a la Unión Soviética.
Allí, estudiaron y conocieron el sistema de gobierno comunista y pensaron que era bueno para la humanidad, porque se basaba en la igualdad y el reparto de la riqueza.
Cuando María Teresa León volvió a España de ese viaje, se había convertido en una mujer muy comprometida y activa políticamente.
Cuando en 1936 empezó la Guerra Civil en España, ella se dedicó a la propaganda, a defender la cultura y el teatro como herramientas muy valiosas para la educación y la formación de las personas.
Fundó varias revistas literarias como Octubre o El mono Azul, donde publicaba poemas junto a su marido y otros poetas.
También se encargó de poner a salvo las pinturas del Museo del Prado, de Madrid, llevándolas a Valencia, para que no fueran destrozadas por las bombas.
Para salvar sus vidas, unos días antes de que acabara la guerra, salieron de España y vivieron en el exilio en Francia, Argentina e Italia.
Vivieron en París, la capital de Francia, hasta finales del año 1940.
Después llegaron a Argentina y en el año 1941 nació su hija Aitana.
Más tarde, en el año 1963, se mudaron a Roma, la capital de Italia. Allí vivieron hasta que en España volvió la democracia y regresaron en el año 1977.
El final de su vida fue un poco triste, porque su cabeza le estaba fallando y Alberti la dejó por otra mujer.
Posiblemente, su obra más conocida es Memoria de la melancolía, pero a pesar de haber escrito artículos, obras de teatro, novelas, cuentos, ensayos, hasta guiones cinematográficos, quedó siempre detrás de su marido.
Fue famosa por ser la mujer de Rafael Alberti, pero no por sus méritos. Una invisible.
Murió el 13 de diciembre de 1988, sin reconocimiento como escritora.